A la hora de hacer la mochila para el Camino de Santiago, tenemos que tener en cuenta cuándo vamos a realizarlo, en cuánto tiempo lo haremos y nuestro punto de partida. Esto marcará el contenido de la misma, pues las necesidades cambiarán.
Los expertos en el camino, o aquellos que ya lo han hecho en varias ocasiones, aconsejan no cargar más que lo justo y necesario, ya que pasaremos con frecuencia por algunas localidades donde podremos acceder a lo que precisemos a medida que vayan surgiendo cosas.
A continuación sugerimos los elementos que deberíamos incluir en la mochila del Camino de Santiago.
Calzado: Es lo primero y más importante. Llevar un calzado apropiado para el Camino de Santiago, según la época del año y la ruta que recorreremos, nos garantizará un feliz trayecto. Muchos de los peregrinos que abandonan antes de llegar a Santiago, por no decir la gran mayoría, lo hacen porque han tenido un problema en sus pies. En verano es recomendable utilizar zapatillas de trekking y en invierno podemos optar tanto por las botas de caña media como por una zapatilla, pero que sea impermeable. Llevar unas sandalias para descansar al final de cada etapa, para llevar en el albergue e, incluso, para ducharnos resulta casi obligatorio.
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Ropa: Dos camisetas. Una de manga corta y una de manga larga y preferiblemente de algodón o tejido de secado rápido. Dos juegos de ropa interior y dos o tres pares de calcetines técnicos, preferiblemente sin costuras, y de invierno si hacemos el camino con frío.
Un pantalón corto y uno desmontable si vamos en días de calor. Si vamos en invierno debemos llevar pantalones más calientes. Unas mallas térmicas serán excelentes aliadas para llevar debajo de los pantalones o utilizarlas para dormir. No te olvides de llevar un sudadera y una chaqueta ligera que sea impermeable o un poncho.
En días de frío hay que llevar un gorro, una braga y unos guantes. También es aconsejable sustituir la chaqueta ligera de verano por un cortavientos impermeable.
En invierno es muy conveniente utilizar el sistema por capas o tipo cebolla. Consiste en abrigarse superponiendo varias capas de ropa en vez de hacerlo con una sola prenda de mucho grosor. Las capas atraparán el aire en su interior y ayudarán a tu cuerpo a mantener su temperatura.
No recortes peso con la ropa, hazlo con las cosas superfluas que puedes adquirir por el camino. Al igual que el calzado, no debemos arriesgarnos a estrenar la ropa en el camino.
Higiene y protección: Cepillo y pasta de dientes. Gel para el aseo, desodorante, papel higiénico y una pastilla de jabón para lavar la ropa. Gorra o sombrero, gafas de sol y tapones para los oídos, muy útiles si dormimos en albergues. Una toalla de microfibras que están fabricadas en poliéster y poliamida y se secan con rapidez. Una funda de almohada te vendrá bien en el albergue.
Botiquín o bolsa de primeros auxilios: con ibuprofeno, protector solar, yodo, tiritas y apósitos. Vaselina para ponerse en los pies y en el cuerpo antes de vestirse. Podemos repartir en varias mochilas estos elementos, en el caso de ir en grupo para no llevar tanto peso.
Material adicional: Un saco de dormir ligero o saco sábana, si no pensamos hospedarnos en hoteles y una esterilla puede ser útil si nos toca dormir al aire libre.
Una navaja pequeña e imperdibles. Podemos sujetar a la mochila varias pinzas que serán útiles para llevar la ropa durante el camino o en el albergue. Bastón tradicional o palos de trekking.
Un protector de mochila, si vamos en tiempo de lluvia. Una linterna pequeña, preferiblemente frontal para la cabeza, que nos permita movernos en la oscuridad y poder organizar nuestra mochila en el albergue sin molestar. Móvil y cámara con cargadores. Cantimplora o botella para agua.
Documentación: Tarjeta sanitaria, DNI, la credencial del peregrino y tarjeta de crédito o débito. También es conveniente andar siempre con algo de dinero en efectivo encima. Y por último, pero no por ello menos importante, un resumen de alguna de las guías del Camino que esté actualizada.
¡¡Feliz Camino Viajeros!!